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11 agosto, 2014

La provenza en el corazón. ...

Tres amigas, una año de espera, un sombrero, mil flores en los vestidos e ilusión en el corazón.
Así salimos las tres desde Barcelona rumbo a nuestro destino de vacaciones, íbamos a hacer la Ruta de La lavanda, un viaje en coche por la zona de La Provenza, en Francia. Mucho habíamos leído acerca de la zona, yo la descubrí en un reportaje de la revista Telva, visto películas como Un Buen Año , y sin embargo no estábamos preparadas, preparadas para tanta belleza, tantos colores, tantas charlas y momentos de descanso .
Las vacaciones sirven para calentar el corazón y hacer que todos los avatares del invierno y la vida diaria cobren un sentido: el sentido de la vida , de los buenos momentos y de la amistad.
Comimos,  bebimos,  observamos, olimos,  oímos y reímos,  no sólo cumplió nuestras expectativas este viaje, sino que generó en nosotras el firme propósito de volver.
La provenza tiene el olor de la lavanda, el sonido incesante de las cigarras, la luz del paraíso y el sabor de la cocina realizada con cariño y esmero.


Nuestra base estuvo en un lindo y pequeño pueblo llamado Bonnieux, nos hospedamos en un coqueto hotel llamado hotel panoramique César, con mucho encanto, sin grandes lujos pero de buen precio y llevado maravillosamente por una familia y un precioso perrito que se hizo muy amigo mío. Las vistas panorámicas desde su restaurante, uno de los mejores de la región: un lujo y las veladas nocturnas con un pastis y amenizadas con música swing a lo más "you don´t mean a thing if you ain´t got a swing", harán que el invierno sea más sencillo de sobrellevar cada vez que las recuerde.
Bonnieux es un pueblito muy tranquilo, si alguien quiere más movimiento y salidas nocturnas quizá este no sería su destino ideal, pero para nosotras sí lo fue. Es curioso, porque en cada pequeño pueblo hay una tienda de arte como mínimo, lo que habla bastante bien de la cultura de esta nación.



En un país como Francia, la gastronomía es una parte importante del viaje ,comimos vol au vent, pato asado, pichones, ensaladas deliciosas, quesos franceses, patés , frambuesas amarillas y  bebimos vinos de la región , licores de anís y algunas veces agua....y todos los días petit dejeuner con los ricos croisants de la panadería del pueblo, una de esas de las que casi no quedan y en la que entras y ves la elaboración y horneo del pan, ilusos nosotros que creemos que vivimos en una era más civilizada y lo que nos estamos convirtiendo es en unos burros, que vamos al supermercado del barrio y creemos que estamos comprando pan de pueblo ... En fin, nosotras nos lo comimos todo porque, gracias a Dios,  no vivimos de nuestros cuerpos....


Desde este, nuestro centro base sito en Bonieux,  nos desplazamos a un sin fin de pueblitos medievales, todos ellos cargados de historia como Gordes, donde morimos de amor por lo precioso de sus calles; Sault, zona donde campos y campos de lavanza fina parecen abrazarte en el camino; L´Isle Sur la Sorge,  pequeña ciudad de anticuarios donde yo necesitaba llevarme cosas llenas de historia y otras huellas a mi casa; Aix en Provence,  bonita y pequeña ciudad de donde tuvimos que salir corriendo porque nuestras tarjetas comenzaron a echar humo;  Cassis , pueblo costero con visita frustrada  a las famosas calanques por una   (deseada por mi , porque soy canaria y aquí no hay de eso) tormenta de verano, dicha visita fue sustituida por una sopa bullavaise de a 50 euros la ración! Deliciosa y sin arrepentimiento, que como dice mi hermana, comerla suponía una cuestión  de culturilla general y para todo lo demás máster card, la volvería a comer y la volvería a pagar.
 

En fin, estuvimos en un sin fin más de sitios,  todos ellos preciosos, sin que uno sólo  haya dejado de gustarnos, otros tantos no visitados han quedado para futuras expediciones. Conclusión: los franceses están en todo su derecho de estar muy orgullosos de su país, limpio, ordenado, respetuoso con la tradición y acogedor como pocos,  he descubierto un país difícil de dejarme indiferente y una región que se que me acompañará en sucesivas escapadas durante el resto de mi vida. 

La provence Cest ci bon ! ! !


3 comentarios:

  1. Que maravilla de crónica, me han entrado unas ganas enormes de hacer la ruta!!
    Desde que Emma sea un poco más grande, nos lanzamos a la Provenza!
    Besos

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  2. Ay Violeta....un viaje tan tan bonito...

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  3. Cierto, una ruta maravillosa!! Oye y los vestidos de esa foto final, ¿están todos cosidos por tu mano? Y el teñido?

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